Experiencias en el Templo

Recientemente el Hno. Gustavo Duarte nos contó una experiencia de uno de los obreros que estan trabajando en el Templo, cosa que llegó a sus oidos como consecuencia de un servicio que él está haciendo de ayudar a los obreros a salir desde el Templo hasta un lugar en el que sea más fácil para ellos conseguir transporte.

Como introducción, nos hizo pensar en como son los hermanos que trabajan en construcción (albañilería) y como son de puntuales cuando llega la hora de almuerzo o de salida... a las 12 del mediodía en punto todas las actividades se paran par poder tomar los sagrados alimentos.

Ese día, este obrero estaba trabajando en la sala del baptisterio y estaba concentrado en terminar un trabajo. Él sitió que alguien más estaba con él allí por lo que dijo "por favor, paseme la segueta" inmediatamente su compañero se la pasó y el obrero terminó su trabajo.

Cuando se dió la vuelta para devolver la herramienta, no encontró a nadie allí. Confundido,  salió y pregunto a las personas más cercanas que vió si ellos le habían ayudado. Todo el mundo lo nego. Lo que lo puso aun más contrariado fue que cuando se dió cuenta que al momento de salir de la pila batismal, la hora era las 12:40 p.m. una hora que hacia que el hecho que alguno de sus compañeros estuviera con él allí fuera extremadamente dificil.

El comentario en el bus del Hno Duarte de ese día, la conclusión del obrero, era que en el Templo "asustan".

"Nosotros sabemos mejor que eso" dijo el Hno. Duarte. "No se si un espírtu puede pasarle la segueta a un hombre o si habrá sido un ángel, pero lo que si sé es que aun y cuando el Templo no está dedicado todavía, tenemos presencia de seres del otro lado del velo que están interesados en que la obra del Templo sea iniciada lo más pronto posible" (declaración parafraseada).

Así como ésta, estoy seguro que existen más experiencias que se han vivido dentro de las paredes del Templo... seguro que escucharemos más en los días subsiguientes.

Las cosas en nuestro país serán (y de hecho, ya son) distintas por la presencia de la Casa del Señor entre nosotros.